EL MONAGUILLO

Desde hace mucho tiempo que el Sacerdote es ayudado en la misa, bautismo o fiesta religiosa por un Monaguillo, Sacristán o acólito.
Además ayudaban en el aseo de la casa parroquial. Don Matías Madariaga que llegó a Bulnes en 1916, le tocó vivir una anécdota muy especial con un
Monaguillo. Este cura fue conocido como el Cura pelliscón y siempre contaba con la ayuda de estos jóvenes, que se peleaban por hacer aseo en la casa parroquial;  ya que en la pieza del sacerdote había una damajuana con un vino añejo muy dulce, que era muy apetecido por los monaguillos, y muchos  habían intentado tomar unos sorbos, pero su celoso guardián se los había impedido.

Cierto día un joven de aspecto languido se ofreció para hacer aseo. Petición que fue muy bien recibida por don Matías, claro que estaría vigilante de este cuando el monaguillo terminó de hacer el aseo en el primer piso continuo en el segundo en la pieza del  sacerdote donde estaba la damajuana, pero había un problema, ésta daba para la parte del salón, donde estaba don Matías leyendo un libro con unos anteojos que lo delataban que estaba pendiente de su ayudante. Mientras el monaguillo se las ingeniaba como tomar unos sorbitos, siguió limpiando.  

De pronto se le ocurrió una idea, cuando hacía aseo en la parte posterior de la pieza no era observado por el Cura.  Ahí comenzaba su plan mientras silbaba y limpiaba para hacer creer que estaba haciendo aseo.

Dejó la escoba apoyada en la pared y se arrastró como una culebra a la damajuana, la ladeo y comenzó a tomar unos sorbitos, operación que repitió varias veces.
Cuando bajaba la escalera y le decía al señor Cura que había terminado, éste muy astuto e inteligente y el haber presentido que su monaguillo, había caído en la tentación, lo llamó y le dijo: Hijo sóplame el ojo que acaba de entrarme una basura. El muchacho, ingenuo y sin saber las intenciones de don Matías y creer que ya lo había engañado sopló con tal fuerza, que el aliento dejó al descubierto de que se estaba tomando el vino. Don Matías le dijo con que tomándose el vino que se utiliza en la misa, dándole unos pelliscones, castigó al Monaguillo por algunos días para que este no ayudara en la misa.