EL SEÑOR DE LARQUE

    En la segunda arremetida araucana que efectuaron el Abril de 1796, estos sufrieron una nueva derrota, pero esta vez el toqui Loncoman antes de retirarse raptó la hija de un matrimonio indígena, para regalársela a su primogénito. La joven llamada Rayencaven (flor de espino), contaba con unos dieciocho años, era efectivamente muy bella y era legítima representante de la raza araucana.

Como sus padres, ella había sido bautizada y era cristiana, los tres habían vivido al amparo de los conquistadores, apenados por la tremenda desgracia, rezaban todas las tardes pidiéndole a Dios que les devolviera a su hija. A fines de 1796 los padres de Rayencaven estaban realizando sus labores diarias; él estaba cortando un tronco de espino cuando de pronto salto un extraño objeto del centro, lo tomó y lo observó detenidamente, luego dio una exclamación de asombro y lo soltó. El trozo de madera tenía la imagen de cristo crucificado.

Llamó a su mujer y ambos se arrodillaron y veneraron la imagen, estaban orando cuando sintieron unos gritos en el oriente, levantaron la cabeza y les pareció ver una ilusión, pero era la realidad, hacia ellos venía la hija querida y esperada, quien había escapado de sus captores.

Sin demora emprendieron el regreso al caserío; asombro y alegría causaron los referidos hechos a los tranquilos habitantes y varios dieron estos acontecimientos como un milagro.

Los misioneros colocaron la imagen en un lugar especial de la capilla, que luego comenzó a ser venerada por los lugareños y por las personas que oían sobre los testimonios milagrosos de la imagen.

Imagen Milagrosa “El Señor de Larque”, encontrada a orillas del Río Larque, en 1796. en la actualidad se encuentra en la Iglesia Santísima Cruz  de Bulnes.